Mientras devoro un plátano como si fuera el último alimento
de la tierra, con más ansia que hambre, y tras haberle dado bastante caña a los
pormenores del libro, me siento por fin aquí
a dedicaros un ratito también a vosotros. Que os abandono y luego cuando me preguntáis como estoy, me toca
repetirme para poneros al día por separado. Y me jarta un poco la verdad, al
final reduzco todo a un” estoy bien sí,
sin novedades”, cansada de que la diferencia horaria y la diferentes personas
que me lo preguntan me hagan repetir cosas que ya me saben a lejanas contaros, pues
cuando vosotros empezáis el día, yo ya estoy acabándolo, y lo que me pasó a mí
a las 10 de la mañana, o lo que me pasó el fin de semana, me suena a años luz
de cuando por fin hablo con vosotros. Un rollo.
Os contaré que aquí en el lejano oriente (tenía muchas ganas de usar esa frase sin que fuera en la
carta a los reyes magos) se ha dado un gran acontecimiento, novedoso y muy
curioso para una chica de provincia como yo. ¡El nuevo año chino!. ¡Me ha encantado!
y hemos intentando vivirlo lo más cerca posible de sus tradiciones y
costumbres. Pero con distancia oye, porque aquí parte de sus costumbres entre
otras son, que no se puede limpiar la casa mientras duran las fiestas; y yo hoy
ya no podía atrasar más el tema de barrer la cantidad indecente de pelo que
pierdo a este lado del mundo. Otra costumbre llamativa que tienen, hablando
de cabelleras, es que tampoco pueden cortarse el pelo; no sé si el que se te cae
solo como a mi cuenta, espero que no, sino los malos augurios los tengo asegurados.
El origen y la razón de esas costumbres me son desconocidos, pero que son así
las cositas de ellos, pues palabrita del
niño jesus que así son. Durante el fin de semana hicimos una pequeña
celebración en casa de unos amigos, y adoptamos,
esta vez sí, la tradición de llevar a casa del anfitrión dos naranjas
mandarinas, que como todo lo demás que hacen, es un gesto para atraer a
la prosperidad. Llega tú en noche buena a la cena familiar con dos naranjas a ver que te dicen.
Finalmente el lunes día 8,
cuando acababa el año para ellos, nos acercamos a china twon a ver un amago de
desfile y de espectáculo como si de la Puerta del Sol se tratara esperando a la
cuenta atrás, pero en lugar de Ramón Gracia con su capa y mi querida Anne presentado
la gala, pues había tres chinos evidentemente, muy bajitos ellos como era de esperar y ataviados con las que probablemente fueran
las chaquetas más fea del mundo mundial. Yo tenía unas ganas locas de cantar
por mecano “cinco minutos para la cuenta atrás” y reconozco me faltaba allí entre
el gentío, una botella de anís, con unos villancicos cantados a coro, unos sombreritos
de papel, con matasuegras y todo.
Pero lo guay de vivir y ver todo esto para mí, es acercarme
un poco, aunque aún sea de lejos, a conocer otras culturas y tradiciones tan
diferentes a la mía. Vale que no catan el villancico “porompompon porompom” y
con eso pierde calidad escénica todo, pero mola también ver como se vinieron arriba
en llenar todo de monos iluminado de colores. Y aunque yo soy de entusiasmo
fácil, reconozco que me ha molado mucho toda la fanfarria que ha traído consigo su
llegada del año. Todos los adornos, el colorido, lo diferente y supersticioso
de todo lo que hacen, sus símbolos, su horóscopo ( yo soy el buey, que de siempre
he dicho yo que son animales con cara de buena persona, y el noprincipe es el
cerdo, del que se aprovechan hasta los andares vale, pero suena a mal oiga que
te digan que eres un cerdo ¿o no?).
Cuando se acercaban las doce de la noche, y aunque por un
lado sabía que su comienzo de año para mi llegaba tarde, no pude evitar sentir el
mismo entusiasmo que se me mete en el pechito cuando van a dar las uvas. Escuchamos fuegos artificiales tras la cuenta atrás, y supimos que un año más
comenzaba (otra vez) y entonces yo deseé con la misma fuerza en mi interior que
cuando llegó el 2016, que el año del mono, que creo que es el cuatro mil y pico
ya por el que van ellos, ( lo chinos son tan adelantados porque nos llevan
muchos años de ventaja), nos trajera toda la felicidad y las cosas buenas que
deseamos. Realmente pensé ¡que suertuda de mi que tenía una oportunidad doble de desear que todo lo malo quede atrás con el cambio de
año, y que el que comienza nos trajera
de todo lo bueno lo mejor!
El comienzo de mi 2016, no ha sido todo lo bueno que me
hubiera gustado. El mes de enero de siempre me ha horrorizado, así que no es
algo nuevo que sea un mes que me pilla con el talante raruro, y conociéndome, sabía que este sería aún más
feillo de lo normal por todo lo emocional que habíamos añadido a la ecuación
de lo que no me gusta. Veréis, es el más feo, porque una vez pasan los reyes
magos, nos colocamos las presiones de todas las cosas que esperamos conseguir,
estamos hinchados de tanto comer y beber, y sin un puñetero duro. Así que para mi, enero, siempre
ha sido una cuesta empinada, y un mes difícil y exigente que se me hace ETERNO.
Así que espero que el comienzo del año del mono, que es en febrero, un mes que siempre
me ha gustado mucho, porque es cortito y la ante sala de las grandes celebraciones
que se viven en mi tierra, además del mes de celebrar San Valentín,( tema peliagudo
dicha celebración, que cuenta con grandes
detractores, ya os contaré estos días que opino yo al respecto, pues es mecedor
de su propia entrada, pero por si alguno lo dudada, SI yo soy provalentin…
estoy por hacer chapas con ese mensaje :P) y de la celebración de Andalucía,
que a pesar de lo regular que está todo por allí, que orgullo de mi tierra, tan
bonita y especial. Y SI TAMBIÉN lo celebraré! . ¿Hay algo más andaluz que
celebrarlo todo? PUES ESO. Que como ya es febrero y empieza otro año más,otra
vez, haré porque comience con toda la energía positiva que necesito, con más vitalidad
y ganas de no dejar proyectos a la mitad. ¡Se hará lo que se pueda!
No hagan zapping! ;)
FELIZ AÑO DEL MONO SEÑOR@S
Feliz año del mono preciosa :) que encanta leerte. Te echo demasiado de menos mi niña
ResponderEliminarYOOOOO MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS
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