martes, 26 de abril de 2016

Un día más...



Bueno, bueno, tengo el Blog abandonaito, y la casa sin barrer… en mi defensa diré, que el tiempo que he invertido en teclear se lo he dedicado a Adriana y compañía, aun así, también les he dedicado menos tiempo del que merecen, pero en cualquier caso, el resultado, me gusta, y si todo sigue así… pues ya se acerca el final… ya sabéis que no quiero que sea una historia muy larga, que quiero que sea algo ameno de leer, así pues hoy podemos brindar por las 250 páginas que acabo de guardar y de enviarme por correo electrónico .Vivo con miedo a que el ordenador pete y con él, yo también. Estoy deseando que lo leáis! 

Ahora estoy escuchando la versión de Solo para ti de Sergio Dalma cantada a dúo con Pablo Alborán, y literalmente es que me han dado más ganas que cuando veía Pasión de Gavilanes en pleno veranito. Grandes esfuerzos los mios por no ponerme en pie en medio del Starbucks y gritar “¡venga todos juntos... sooolooo para tiiii!” . Que bonito cantan leñe; tanto que me  he dicho ¿qué hago yo con todo este amorcito que acaba de invadir mi cuerpecito?, pues voy a escribirles un ratito a mis niñ@s.  Además, hoy como es un día bonito bonito  en España, no podía dejar pasarlo sin escribir. Hoy es el cumpleaños de mi maravillosa hermana mayor,¡ 36 añitos para  ese cuerpo! Mas bien cuerpazo,  que ya sabemos que has hecho un pacto con el diablo.
Que te voy a decir hermanita que no sepas ya. Eres el espejo donde me miro, la mujer, la hija, la hermana, la amiga y la madre que me da pistas de cómo me gustaría recorrer mi camino. Demuestras día a día lo fuerte, maravillosa y valiente que eres .Sabes hacer, aunque te dé muchos quebraderos de cabeza, que ser mujer no se reduzca sólo a ser madre. Disfrutas de todas las facetas de la vida, sin olvidar dedicarte tiempo a ti y a los tuyos, eres una mamá diez, que tira por tierra todas las estupideces que ahora tan de moda se están poniendo,  y que me ponen de muy mal humor. Has sido para mi, lo que para muchas niñas fueron sus princesas de Disney o sus muñecas, mi heroína, alguien a quien admirar y querer parecerme, y con el paso de los años, cuando las experiencias de la vida nos acercaron y dejé de ser una moca chivatilla que te molestaba, nos convertimos en las mejores amigas. Descubriste que también yo tenía mucho que enseñarte y  que era alguien en quien podías apoyarte.  Formamos entonces un equipo de tres que siento como invencible, y de las cosas más valiosas que me ha dado la vida. Dos hermanas con las que contar pase lo que pase.
 Muchas felicidades hermana, siéntete feliz, y disfruta de todo lo que tienes en tu vida para celebrar, desde ese niño maravilloso, rubiales de pestañas infinitas que nos regaló la alegría de vivir, tu marido que te adora y venera a pesar de que a veces seáis como  el perro y el gato, tus padres y hermanas que no conciben la  felicidad si no es sabiéndonos a todos bien, tus amigos, tu trabajo, que aunque tiene telita marinea, te ha convertido en una profesional de diez que hace de la vocación de educar y cuidar algo admirable, y que el día a día sume y no reste, y por supuesto, como dicen las personas mayores,  tienes salud para disfrutar de todo eso. Felicidades hermana, la juerga que nos correremos tú y yo para celebrarlo cuando esté allí será de esas en las que no se hacen ni fotos. Bueno solo el selfie de antes de salir arregladitas y hermosas que eso es ya tradición.

Por lo demás, no puedo contaros grandes cosas, la rutina marca un día a día muy parecido al anterior… y aunque estoy deseando contaros novedades me guardo todas esas ganas para cuando realmente tenga  noticias que daros.
Sobreviví a mi primera Feria de abril como expatriada, y ni tan mal… ayuda no verlo todo lleno de farolillos, la ausencia de radio olé y que hasta aquí no haya llegado el concepto del rebujito, pero vamos, que tampoco me voy a quitar méritos, me siento una campeona.
Lo único malo de estas últimas semanas es que el sueño ya hace de las suyas y conseguir dormirme es un ritual que bien necesitaría de miles de ofrendas a los dioses para que suceda. Eso me deja el horario del revés, el cuerpo según el día hecho un moco, y la inspiración dispersa, pero ahí vamos…Intentando verle el lado bueno a todo,  y en este caso es que la obligación de estar despierta temprano sólo es algo que me marco yo, pues todo lo que tengo que hacer a lo largo de mi día no precisa de madrugones, pero vamos, que es una putada, y que temo que llegue la noche más que si fuera el hombre lobo.
 Para terminar por hoy, que me estoy quedando helada en el Starbucks, (nota mental : calcetines y fular próxima vez, que no aprendes) tengo  muchas ganitas de nuestro próximo viaje, que es la semana próxima rumbo Hoi An, en Vietnam. Ganas inmensas de parar el mundo con el NOprincipe,  y bajarnos allí para tumbarnos al sol, de conocer una nueva ciudad que según yo, parece sacada de un cuento, de  ver farolillos iluminados en el rio y traducirlos en deseos, de cenar mirando al mar,  y de pasar unos días lejos de preocupaciones haciendo planes que poder cambiar con quien hace que todo esto merezca la pena. 


Hasta pronto querid@s espero contaros muchitas cosas pronto, de momento, lo que cuento son los días para veros. Os extraño mucho.
Señor@s... a ser felices!

viernes, 8 de abril de 2016

TENGO



Tengo 30 años. Tengo dos hermanas que hacen mi vida mejor. Tengo  muy buenos amigos, y de los buenos, buenos, presumo que más que mucha gente. Tengo unos padres que no saben lo que es el egoísmo de ningún tipo. Tengo dos sobrinos que han cambiado la balanza del amor. Tengo un novio con los brazos muy largos que dan abrazos que molan un montón. Tengo muchos zapatos que no uso. Tengo un título en educación. Tengo un solo hoyuelo cuando sonrío. Tengo una colección incompleta de tazas y  corchos de vino. Tengo un lunar gordito en el cuello, el primero de  la ruta de todos los que adornan mi cuerpo pero ni uno solo en la cara. Tengo secretos que nadie, nadie sabe, y tengo anécdotas que compartir a mogollón. Tengo un proyecto lleno de letras que llenan mis días de ilusión y también, de frustración. Tengo insomnio cuando me preocupo. Tengo miedos  confesables y otros inimaginables. Tengo una cicatriz en el pie por la niña traviesa que fui. Tengo una cadera un poco más alta que otra. Tengo mal genio, pero buen corazón. Tengo fobia a los pies y a la mayonesa. Tengo una cuenta que tirita en el banco. Tengo una peli, un libro y una foto favorita. Tengo la nariz que me dejó mi abuelo. Tengo un pelo suave y liso que me gusta más que si fuera Sansón. Tengo una risa que me borra las penas.  Tengo más vestidos que pantalones. Tengo los tobillos estrechitos para lucir bien el tacón, esos me los dejó mi abuela. Tengo un humor absurdo. Tengo una lista de viajes por hacer diferente a los destinos típicos.  Tengo días malos, horribles, regulares, normales, buenos, maravillosos y a veces hasta galácticos (te cojo prestada la palabra amiga) de espectaculares que son....  Tengos nuevos y Tengos viejos, que incluso algún día me costará recordar fueron míos. Tengo muchas cosas, muchos sentimientos, algunos sin nombre  por desconocidos que  aún son. Pero sobre todo, TENGO MUCHAS GANAS.
De descubrir, de experimentar, de  arriesgarme, de equivocarme, de aprender, de hacer feliz, de intentar ver el vaso medio lleno y de vivir sin que nada de lo que tengo pueda definir quien soy yo.

De ser feliz y cada día mejor.

martes, 5 de abril de 2016

Desayuno con diamantes...o con chai tea latte.



Hoy, mientras comía, me ha acosado una asiática, y he pasado mucho miedo. La mujer de unos 40 años, se ha colocado de pie junto a  mi silla, muy cerca,  demasiado, sin hablar y mirándome fijamente. Sentirme intimidada, luego, asustada, luego nerviosa y luego agarrar mi bolso aunque aquí no roben ha sido el proceso de estados  por los que he pasado. Yo le he preguntado qué quería, luego que si la podía ayudar en algo, luego la he mirado en plan interrogante, y luego cabreada para intentar intimidarla yo, y ella puede que sorda, solo ha seguido  allí, mirándome con cara de alelada y la boca entreabierta. Muy inquietante. Al final se ha marchado, no sé si aburrida al descubrir que había optado por  ignorarla aun con mucho esfuerzo. No sé lo que quería, ni que pretendía, y supongo que no estaba muy en sus cabales la pobre mujer,  pero a mí el rato me lo ha dado. Y es que me dan un mal rollito. Las pelis de miedo japonesas son las que más miedo me dan de siempre, y a veces aquí, es que te cruzas por la calle con los que podrían ser sus protagonistas sin problema ninguno. Coincidir a solas en una ascensor  es a veces  es para mí un flash back de algunas de esas escenas del cine.

Luego en el metro un señor mayor se ha quedado dormido y todas sus cabezadas eran  para echárseme encima a mi, provocando un  efecto dominó. Porque yo me echaba hacia el lado también porque no quería que me tocase con ese pelo apelmazado y grasiento, y con ello se movilizaba toda la fila que parecía estábamos coreografiados. Y he salido del metro en medio de  esa marabunta de personas que no miran más allá de sus pasos,y  que no conocen el concepto de ceder el paso, y andan apelotonados cual “bulla” de semana santa . Solo que a mí me recuerda más a los rebaños de walking dead. Todos esos cuerpos tan delgaditos y algunos incluso esqueléticos, que te preguntas cómo pueden mantenerse en pie sobre esas piernecitas de alfiler... 

Vale, quizás no tanto, pero apabullante según la hora y la linea es un rato...

Ahí  es cuando he decidido que hoy también necesitaba un Starbucks. Últimamente necesito refugiarme aquí frecuentemente.  Además he venido a mi preferido. Aquí hay muchos, pero este es el más bonito. Es una antigua casa colonial, de varias plantas, y en la pared del piso de arriba tiene colgadas fotos en blanco y negro de cómo era la casa en el siglo pasado, y excepto por el logo de la franquicia en la puerta, permanece prácticamente igual. Me gusta mucho esa fusión de estilos. Es mi rincón, y hace que me sienta mejor casi siempre. Como quien se refugia en la soledad de una iglesia o un lugar con bonitas vistas, o como Audrey Herpburn en la película Desayuno con diamantes, cuando afirma que  le gusta ir a Tiffanis pues  tiene la sensación de que allí nada malo puede pasar.

Mi sitio es este, y no se porque me gusta tanto, pero lo hace. Siempre hay gente con sus libros o portatiles,mucha gente sola y grupos de amigos, y me recuerda a la cafetería de Friends. La primera vez que entré en un Starbucks  fue lo que dije  " es como el central perk de friends!"  y ahí surgió el romance. Fue un flechazo. Mi historia de amor más larga.   

Hola! aquí estoy otra vez!

Me gusta observar a la gente preguntándome cosas absurdas sobre sus posibles vidas. Y aunque suena un poco a loca, lo sé, sino fueran así a veces los entresijos de mi mente, dudo que me fuera posible estar escribiendo un libro. Crear unos personajes, unas vidas y  situaciones de la nada, requiere de excesos de imagianción,  y de entender como funcionamos ante ciertas cosas las personas. Así que observo e imagino, y lo cierto es que muchas cosas que escribo nacen a raíz  de un  no tan simple vistazo a un desconocido. Sea por el motivo que sea, el caso es que siempre que vengo no sé  qué lo provoca pero me inspira, me relaja y salgo con fuerzas renovadas.

Hoy tengo sentado enfrente de mi a un padre canoso de rasgos europeos. Le he asignado la nacionalidad francesa. Es un PQMF, con unos ojos azules muy claros, el pelo canoso y una nariz recta y quizás demasiado grande para su cara, pero que le queda muy bien, la verdad.La nariz y el jersey gris finito y pegadito. Es guapo, pero ese tipo de  hombre guapo en su madurez,  al que le quedan bien los años y el contraste de las canas, pero que probablemente con 20 años era de los que no se comía un rosco. Esta aquí con una bebe preciosa y su mujer asiática. La verdad que las mezclas de razas salen casi todas muy monas. Y me llaman la atención, porque son una estampa muy entrañable, los observo, quizás sin disimulo, sin poder evitarlo. Están charlando y charlando como si fuera una primera cita y tuviesen mucho que contarse. Ninguno ha sacado el móvil, ni una sola vez, ni para  hacerle  siquiera una foto a su lindo y mofletudo bebé, que se ríe y los mira como si entendiera de que va la cosa.

No puedo evitar pensar  al verlos, qué percebiría un voyeaur espontáneo como yo, al  observarnos al no príncipe y a mi juntos tomándonos un café. Me apena pensar que no tendríamos esa charla fluida y amena, porque ya no tendríamos tantas cosas que contarnos, que los móviles estarían entre los dos, y que  nuestro espectador descubriría miradas no correspondidas a la espera de una iniciativa y una conversación que no llega o que espera demasiado tiempo. Creo que pensaría que estoy triste o aburrida, y que él está muy ocupado o aburrido. O ambas cosas en ambos casos quizás. Y me pregunto ¿es  acaso ese el reflejo de cómo nos sentimos? ¿Se correspondería esa estampa momentánea con nuestra realidad? Antes no me planteaba que nadie que me observase pudiese pensar de mí que estoy triste. Y aunque no lo estoy, mi reflejo en el cristal a veces me devuelve una imagen que no debería ser la mía.
Ya llevamos 9 meses aquí y he aprendido a estar sola sin que eso me moleste o me resulte incómodo. Me he habituado a mis silencios, a mis conversaciones internas, a lidiar yo sola con los pensamientos que me puedan preocupar sin compartirlos con nadie.  A veces incluso cuando no estoy sola me descubro necesitando tomarme un respiro de la compañía y estar conmigo misma sin nadie más. Creo que me he vuelto  más introvertida y callada. Que he encontrado un placer extraño en no tener que lidiar con las conversaciones de los demás durante todo el día. Antes se me acumulaban las cosas de las que quería hablar, ahora simplemente cuando llega el momento de poder hacerlo, es como si  el momento  ya se hubiera pasado y no me apetece. Una extraña pereza. Como si hubiese perdido práctica por la falta de uso. Y cuando conozco a gente nueva, como unas compañeras muy lindas del curso de profesora de español que estoy haciendo, hablo muuucho menos y me dedico a escuchar mucho más los que ellas tengan que contar. Quizás esas pausas y silencios de las conversaciones en inglés han llegado también hasta las charlas informales en español y no necesito ser tan participativa ni curiosa. Y me siento tan cómoda en ese rol, que es  como si siempre yo  hubiera sido así,  sin parame a pensar  que no,  que no era así, y que esa ausencia de ciertos aspectos de mi carácter se está asentando sigilosamente para  pasar a ser la nueva norma, la nueva yo. La yo adaptada.
Pero por más que estos cambios que noto en mi, no me causan ni desazón, ni pena, no puedo evitar preguntarme si esta versión de mi con la que ahora  convivo en armonía, no es quizás como esos fantásticos y  tan conseguidos bolsos de imitación,  que aun dando el pego más que de sobra…no te valen, porque sabes que existe una versión autentica, una, que aunque suponga un lujo…tú te la puedes permitir.

 ¿Aceptamos imitaciones?.