Y de repente me doy cuenta de que todo lo que hoy me gustaría decir, todo lo que hoy me gustaría sentir, no sólo ha sido dicho ya mucho mejor de lo que podría llegar hacerlo yo, sino que, además, también ha sido cantado.
(
No se me ocurre una filosofía de vida
más bonita que la que se esconde en la letra de esta canción. Recuerdo
perfectamente la primera vez que la escuché, fue el 8 de enero del 2006, ajena
al frio de la sierra frente a una pequeña chimenea y con mulliditos
calcetines que protegían mis pies de las más que probables quejas de que en el
campo en invierno se pasa mucho frio, que dejé de prestar atención al juego de
mesa en el que iba perdiendo tras un, "escucha, escucha, la letra de esta
canción", y sin más, ocurrió, la escuché absorta, con las mejillas
coloradas y el corazón feliz
preguntándome si sería posible que existiera alguien más en el mundo
haciendo exactamente lo mismo que yo, y sintiendo lo mismo que yo, justo en ese
preciso momento.
Esa canción pasó a ser parte de mí. Todos tenemos canciones que sabemos siempre tendrán un significado especial, que nos trasportarán a momentos y a personas, que nos arrancarán sonrisas o nos derramarán alguna una lágrima. A mí esta canción me pareció la declaración de intenciones perfecta para seguir en la vida, para vivir la vida como creo que se debe vivir para que merezca la pena. Me enamoró el alma y pasó a ser la música que imaginaba debía sonar de fondo durante los días especiales, y también durante aquellos días en que necesitas recordar razones para tornarlos especiales.
Esa canción pasó a ser parte de mí. Todos tenemos canciones que sabemos siempre tendrán un significado especial, que nos trasportarán a momentos y a personas, que nos arrancarán sonrisas o nos derramarán alguna una lágrima. A mí esta canción me pareció la declaración de intenciones perfecta para seguir en la vida, para vivir la vida como creo que se debe vivir para que merezca la pena. Me enamoró el alma y pasó a ser la música que imaginaba debía sonar de fondo durante los días especiales, y también durante aquellos días en que necesitas recordar razones para tornarlos especiales.
Lo que yo no sabía, ni podía llegar a
imaginar aquel 8 de enero era que aquella maravillosa canción tan especial para mí serviría, también, para ponerle nombre a uno de los proyectos más especiales y
bonitos que he tenido en mi vida.
Aquí os la dejo de regalo para este martes gris, al menos a este lado del mundo, espero que la disfrutéis y que escucharla se pueda convertir en la excusa perfecta para decidir bailarla con una sonrisa, sin más motivo que apoyar tu cabeza en su hombro, cerrar los ojos y disfrutar de la vida. :)
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