jueves, 20 de agosto de 2015

Morriña

Hoy me he levantado blandita, coscona, con morriña de mi casa.


Con unas ganitas locas de escuchar por el pasillo ¿vamos a despertar a la titaB? Y  que segundos después, el rubio de ojos azules más guapo del mundo, se me tire encima con algún peluche de uno de sus cuatrocientos perros, y comience el tour incansable de juegos.


Con ganitas también, de ver a mi padre arreglando el jardín botánico que tiene en la terraza de 2 metros cuadros, poniéndolo todo patas arriba, y de tomarte un té preparado al son de 100 preguntas recién levanta en la cocina, hecho con todo el amor de mi  madre.
De cruzarme por allí con mis hermanas, en pijama, como si los años no hubieran pasado, 



ver la barrigota gorda de Alejandra, e intentar que Mario reaccione al sonido de mi  voz contestando con alguna patada que signifique “que sii tita que te escuchooo”.Que ganitas de verle la carita al nuevo hombrecito de la casa.


Pienso mucho en ti hermana, en como estarás, en como llevarás el calor, lo molesta que debes estar ya tan hinchada, en si estarás cogiendo mucho el coche y quiero pensar que no, en si estarás nerviosa, en cómo será el día que Mario decida venir a conocer a esta jaula de grillos, y en si sabrás desde allí, lo mucho que yo estaré pensando en ti, en vosotros, mandándote toda la fuerza del mundo y rezando para que todo sea rápido y vaya bien, con toda la ilusión del mundo esperando a recibir al primera foto del SuperMario.
Se me han quemado las tostadas con la nostalgia L

También os extraño a vosotros y extraño la certeza de teneros aun “wasa” de distancia para  un café con risas. Bueno escribiros con tanta frecuencia me hace sentiros un poco más cerquita.


Y aunque tengo un novio estupendo, que está muy pendiente de que yo me sienta bien aquí, hoy me encantaría poder decirle “me voy a Sevilla Este que voy a dormir allí”, y entonces en el calor de mi casa poder quejarme del trabajo, de mi jefe, y escuchar a mi padre indignarse por la situación en la que nos tiene. No es que eche de menos ESE trabajo, pero si echo de menos ir a trabajar, levantarme y saber que en el día se presentan distintas minimetas, y sobre todo echo de menos a mis compis, y desayunar con ellas al ritmo del miedo de no tardar más de 10 minutos, en los cuales debemos darnos los titulares suficientes para ponernos al día, siempre riéndonos, incluso cuando “estamos hasta el coño” , la risa es el denominador común.




Hoy no hay rastro de sol, amanecemos con tormenta, esperemos escampe pronto, de momento sólo quería contaros lo mucho que os echo de menos, cuando esté menos blandita os contaré la jornada de Karaoke de ayer. Canelita en rama el sitio.


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