Podría hablaros de muchas cosas intranscendentes de estos
días, contaros anécdotas de mi día a día, de mi trabajo, de lo mucho que
disfruto dando clases a mis niños, de las clases de inglés y de la matraca que
me han dado con la pronunciación, de los avances de mi libro o de las cientos
de chorradas que se me ocurren en los trayectos de metro que se me acumulan…
pero hoy me siento más profunda que todo eso. Y no es porque esté premenstrual
no.
Veréis, estamos en un momento del camino de mucha
incertidumbre, un punto de no saber literalmente dónde vamos a estar en unos
meses. En un punto que limita cualquier posibilidad de hacer planes, de poder
contestaros con la seguridad que os
gustaría cuando me preguntáis sobre cuándo vamos a ir a España, o qué es lo que
tenemos pensado hacer, y yo sólo os puedo decir que no lo sé, que ya veremos...
Ayer me decía mi amiga Cristina que ella no podría con tanta
incertidumbre y que estaría muy agobiada, y yo pensándolo luego me sorprendí
preguntándome… ¿Estoy agobiada?
¿Cómo es posible que siendo como soy yo, en este momento no
esté nerviosa o intranquila?
Claro que quiero saber qué va a pasar, claro que quiero poder
organizar a meses vista, y poder empezar a hacerme a la idea de los cambios que
puedan estar por llegar, pero la realidad es que estoy tranquila. Y en alguien como
yo, os aseguro que eso no viene siendo lo normal. Hacerme mil preguntas sin
respuestas, ansiarme por los problemas y preguntas sin resolver, no dormir, y
ponerme en todos y cada de los escenarios posibles, intentando decidir que
siento u opino al respecto, aferrándome a lo conocido y a la morriña de
extrañar antes de tiempo lo que pueda cambiar, ver el lado malo de tanto cambio
sería mucho más habitual para mí la verdad. Sentirme insegura y con miedo creo que se
llama.
Y lo cierto es que sin apenas ser consciente de cómo ha ocurrido,
compruebo, que dentro de todo el caos que hemos sido a veces juntos, que a pesar
de todas las inseguridades que he llegado a sentir, ahora y contra todo pronóstico,
en el escenario más incierto de todos, me siento por fin segura. No sé qué va a
pasar no, pero tengo la certeza, de que sea lo que sea, será para bien, y que
lo haremos bien.
Uno de mis miedos antes de empezar todo esto, era preguntarme cómo
tantos cambios y nuevas responsabilidades
podrían afectar a una relación como la nuestra. Y no es que no lo haya hecho,
es todo intenso, a veces asfixiante, y se magnifica cualquier cosa que sucede, porque
todo se siente más. Lo malo y lo bueno. Es difícil sí, para los dos. A veces
nos mataríamos y lo cierto es que sí que creo que nos ha
afectado, lo ha hecho, pero sinceramente pienso que lo ha hecho para bien. Que
el NOpríncipe me aporte en medio de este no saber qué va a pasar, esta
sensación de seguridad, a pesar de sus propias preocupaciones e incertidumbres,
y hasta arriba de horas de dedicación por conseguir sus propios sueños…me ha pillado
desprevenida y no ha sido hasta hoy que he sido consciente que no estaba
acumulando pensamientos que me quitaran el sueño.Y eso estoy segura tiene mucho que ver,
con que el Noprincipe que ahora veo a mi lado, es alguien que me hace sentir segura, en casa
y tranquila.Es una sensación reconfortante que me sabía olvidada, y que al llegar de nuevo a mi vida lo ha hecho como si nunca me hubiese abandonado, instaurándose con normalidad y familiaridad dentro de mi.Sin grandes fiestas ni reflexiones.
Me da rabia ser a veces yo ( así somos de contradictorias) la cría y la Peter Pan de los dos, y que
sea él quien me haga ver el camino antes de perderme, y aunque no se lo digo, (claro no voy a quitarme méritos para dárselos
a él.(Ole yo), pienso” manda cojones que ahora resulte que don relaciones va a
ser él ¡Venga yaaa!.
Supongo que podría decir que estoy orgullosa de él, no sólo por el
master, por todo lo que trabaja y por perseguir lo que quiere de esa forma que
admiro y envidio también, por cuidarme como lo hace, por hacer que funcionemos,
por estar cumpliendo todas las promesas que me hizo, por no dejar que el equipo
se vaya la mierda, por aprender de los
errores como lo ha hecho, por haber sacado su mejor versión, por demostrarme
que volver a confiar en alguien es posible, por cumplir dentro de poco 33
añitos siendo el Paco que yo siempre intuí y quise ver en el él… En la
palabra orgullo no cabe todo esto que
siento, se queda corto, me sabe a poco. Es más.Y me gusta.No sé qué pasará en el futuro no, pero pase lo que pase, él
ya ha superado con creces todas mis expectativas.
Me siento tranquila, menos asustada para enfrentar lo que
esté por llegar, y debo reconocer que el mérito no es sólo mío. :)
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