lunes, 7 de marzo de 2016

Next Stop: Bangkok



Si antes de comenzar esta aventura, me hubieseis preguntado a que lugares me gustaría poder viajar, os habría contestado seguramente y en más o menos este orden, que quería ir a ver las pirámides de Egipto, y a Laponia, para poder montar en trineo y ver dónde vive Papa Noel, también a ver elefantes y leones en un safari por Africa, y a Venecia antes de que se hunda para convencer a un gondolero de que me deje un rato llevar la góndola, no faltaría en mi lista de viajes soñados tampoco Berlín, donde poder beber cervezas en jarras extra grandes, y por supuesto a las islas griegas para gritar “joñra que joñra” mientras me empapo de su pasado asombrada con los restos de historia... O incluso si me pongo muy novelera, os diría que me gustaría ir a Paris a enamorarme y a New York para visitar todos los escenarios míticos de películas. Pero lo que nunca os habría contestado, es quiero conocer y viajar por Asia. No. Y como era un sitio que no despertaba mi interés, su historia y sus tradiciones, me eran totalmente desconocidas. Más allá del arroz cantonés del chino de mi barrio, el sushi que me encanta, y que los asiáticos son muy cuadriculados y trabajadores, no sabía nada. Clichés todos ellos supongo, como pudieran ser la tortilla española, los toros y la siesta en Andalucía.

Con esa falta de expectativas y de conocimiento podían suceder dos cosas: o que me horrorizara o que me encantara. Pues bien, os diré, ahora que acabamos de volver de Bangkok que esta parte del mundo, tan diferente al mío, es digna de conocer, y que me gusta, y mucho, que una parte de mi vida, de mi historia sea ya para siempre haber estado viajando por estos lugares que jamás imaginé. Me veo de viejecita contándoles cientos de batallitas a mis nietos. Seré la abuela molona que en su juventud era una hippie que viajó a lo mochilero por el sudeste asiático. Por supuesto, ellos no tienen por qué saber que yo de hippie y de mochilera tengo lo mismo que de vegana y de prolactancia materna a niños con dientes para masticar filetes empanaos. (Nada de malo y muy respetable todo ello, lo sé, pero conmigo pues… no va).


El caso es que Bangkok me ha sorprendido para bien y me lo he pasado como una enana. He visto y he probado cosas que jamás imaginé, y eso es un subidón que reconozco me gusta cada vez más. La sevillana está mutando señores, pero que no cunda el pánico.

Digno de contar y que quede para la posteridad es sin lugar a dudas presenciar en vivo en directo un showgirl en un puticlub en uno de los barrios rojos de Bangkok. (Esta batallita “pá” mis nietos también) ¡Madre mía del amor hermoso! ¡si la hermana pureza de mi colegio de monjas que tanto me adoraba me hubiera visto allí!... Yo me considero una persona de mente bastante abierta, tradicional en ciertas formas y aspectos de la vida sí, pero bastante abierta también, una mezcla extraña de tradición y modernismo que forma parte de mi encanto. O eso creo yo. Pero ni creyéndome la más moderna del “condaó” pude evitar cierto rubor al verme rodeada de tantas mujeres desnudas, expuestas literalmente como en un mercado de carne, al que después de varios pases de exposición en los que quien gustase elegía a la chica de su elección siguió un show muy completito. Empezando por un: me saco lo que podían ser hasta geranios con maceta del chirri, me pintorreo el cuerpo, me lo enjabono , me lo limpio bien limpito frotándonos bien todo con espumita y jabón, y una “comida” entre ellas de sus partes aseaditas, en la que abrí tanto los párpados de la impresión que me costó conseguir cerrarlos después. Yo eso más allá de en las películas xxx pues mira no me daba la experiencia. Artístico, lo que se dice artístico el show no es que fuera claro, pero oye, le pusieron interés las criaturas.




Al rubor, el casi espanto y la contención de grititos y codazos a mi no príncipe en plan

“¡pero mira, mira!” le siguió el desagrado de ser telespectadora de ciertos comportamientos de la raza masculina. Sin palabras.Pero si no quería ver aquello, pues no debería de haber entrado allí, obviamente.

“Bienvenida a la parte más desagradable del comportamiento sexual de algunos hombres, son 10 e la cerveza gracias por venir”.

Más batallitas de este viaje serán sin duda, ese momento en que me vine arriba en creerme la más aventurera del lugar, y ¡venga, venga, vamos a comer bichos!. Que yupi. A ver Beatriz, que a ti las cucarachas te dan un asco que te mueres, y de los bichos no eres nada fan. Que en 30 años no has probado la mayonesa por qué dices que te da asquito, y ahora te quieres comer un gusano y un saltamontes. Pues sí. Y me lo comí. El saltamontes después de masticarlo reconozco que no me lo tragé, y lo escupí sin disimulo ninguno en medio de la calle.Todo glamour. Asco elevado a su máxima potencia. El no príncipe se los comió igualito que si fueran caracoles del Menta. Alucina vecina.




De Bangkok me quedo no sólo con lo exótico. Me enamoraron su templos, que son de una belleza de esas que atrapa y no puedes dejar de apreciar. Me encanta cada vez más todo lo que rodea a las tradiciones y ritos de los países budistas. Yo en otra vida me pido ser monje budista oye, que aunque el naranja no es mi color, ¡que me gusta observarlos!, transmiten un aura distinta de verdad. Desde que he vuelto he leído un montón sobre Buda, el budismo, y en lo que consiste. ME FLIPA. Ahora quiero meditar, tener en cuenta el Karma y encontrar el Nirvana, así como si fuera algo sencillito de encontrar, y tan a gusto.




En resumen os diré que es una ciudad que me ha sorprendido, es caótica, desordenada, en un atasco perpetuo, llena de ruidos, de olores, de gente, mucha gente…Ciudad donde experimentar, hacer locuras y sacar el lado más aventurero que llevamos dentro… No esperaba que la disfrutase tanto, y me fui con esa extraña sensación de no querer volver, porque me cuesta creer que si repitiera fuera tan única y sorprendente otra vez, y el recuerdo de estos días en esa loca ciudad quiero que permanezca intacto por siempre. Como canta Sabina: “Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”.

2 comentarios:

  1. Mi querida y adorada amiga con remilgos mayoneseros... que orgullosa estoy de ti! Si me prenguntan hace un año si ves a Beatriz capaz de comerte un saltamontes... ja!!!!!!! La carcajada habría llegado hasta la luna... Que maravillosa experiencia estás viviendo y que maravillosa mutación de mi sevillana favorita que está conociendo un mundo que no todos tendremos el privilegio de conocer... Sigue escribiendo y contando tus aventuras que así las vivimos un poquito todos a través de tus ojitos que tanto se han abierto en ese pub de muejeres que despiertan la naturaleza más fea del ser humano masculino... del que por cierto quiero todos los detalles!!! Por curiosidad y por mi afán de conocer la naturaleza humana como futura psicóloga que voy a ser. :)
    Quierote miga.

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    1. Mi querida y adorada amiga "masona" :P Gracias por tus palabras que tanto me animan a seguir dejando constancia de mis desvarios y experiencias. Te contaré todos lo detalles no aptos para menores justo despues del achucón tan grande que te tengo guardado.Te quiero y te requiero

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