El Domingo de Ramos siempre estrenaba sandalias de primavera
aunque cayera el chaparrón del año. En mi casa, cuando llegaba ese día y
desde que me alcanza la memoria, nos poníamos nuestras mejores galas, siempre
estrenando algún conjuntito, ¡y a la calle!, desde niñas. Todos juntos. Me he criado en una casa
religiosa, colegio de monjas,domingos en familia a misa, y rezar todos juntos
el rosario algún sábado por la mañana tras desayunar. Y aunque feliz con
esa educación que he recibido, sobre todo por los valores que nos trasmitieron
siempre, a día de hoy aunque me considero una persona creyente, no puedo negar,
que llegada la madurez me alejé de esa forma practicante y tradicional de
vivirla. Te revelas, pasan cosas en tu vida que no entiendes y te haces
preguntas, “crisis de fe” y en fin, que acabas viendo las cosas de otra manera
y te planteas todo aquello que siempre diste por sentado. Sigo creyendo pero
desde luego no en lo mismo, y ya no le encuentro sentido a vivir esa fe
de la forma que lo había hecho siempre. Pero no era por eso por lo que os
contaba esto, no, que me voy por las ramas…os lo cuento para tratar de explicaros
que para mí hay ciertas situaciones y momentos, que están tan unidos a mi
familia y a mi forma de entender la vida, que hace que sean especialmente
importantes para mí. Ejemplo la Semana
Santa.
En Sevilla la S.S es algo que...bueno, te puede gustar más o
menos, creer o no, pero que durante esa semana en Sevilla no importa otra
cosa que nos sea la salida e itinerarios de los pasos es la pura
realidad de la ciudad. Y a mí, aunque no soy para nada “capillitas”, sí
que me encanta, y no por ser creyente, creo que apreciar la belleza de la
imaginería y toda la "puesta en
escena" no tiene que ver necesariamente con serlo. Y aunque yo lo soy, no
es por eso por lo que me gusta disfrutarla. Que no se ofenda nadie, pero si hay
un Dios tal y como el que describen los católicos, yo creo que las procesiones
se la deben traer al pairo.
La Semana Santa para
mí, son mis padres y disfrutar haciendo algo en familia, son el primer helado
del ”Rayas“ del año( el de yogur), es ser niña y pedir caramelos la primera de
la fila preguntándome por qué a otros niños le da corte sacar la manita,
cuando yo incluso perseguí a un nazareno casi un tramo entero porque no me lo
daba, es oler incienso y disfrutar de la gente, de los olores, de los colores,
de la intimidad y la emoción de muchos al verlos pasar, es ir andando de la
mano de tu padre y años después de tu primer novio entre la bulla de la gente
para no perderte, es inventarte las procesiones que has visto una madrugá, porque
han sido la excusa perfecta para pasar la noche donde no te dejan. Pecadora. Es
bares hasta los topes y dolor de pies, es comerte un montadito de pringá como
si se acabara el mundo, es esperar en una bulla poniendo la oreja a la
conversación de al lado, es un rato en familia, es sentirte sevillana y
orgullosa de tus tradiciones, es ponerme la primera mantilla el Jueves Santo,
entre avergonzada e ilusionada, y luego querer ponérmela todos los años sin
falta, porque SI vale, es un coñazo,
pero significan cosas que sabes que te importan precisamente porque no las haces por
ti. Es también ese momento de comunión con una misma esperando ver salir o pasar
una procesión, es ese diálogo interior cuando estás mirándolo, que de niña se
parece casi a pedirle algo a lo Reyes Magos y no entiendes mucho más, y de
adulta se convierte en un momento capaz de ponerle nombre a tantas preocupaciones,
y a tantas cosas que agradecer. Y te desahoga ese silencio compartido con
cientos de personas más que están a tu alrededor. Es ver a mi sobrino de
nazareno y chillarle ¡guapa! a la Virgen y tirarle besos cuando aún no sabía ni
andar. Es ver la cara de sus padres, y de los míos al verlo disfrutar. Son fotografías,
son risas, es la tradición con la que creces cuando no sabes que en el resto
del mundo nada es igual y no te planteas que la Semana Santa no se viva así en
todas las ciudades. El Domingo de Ramos, La Borriquita, El cristo de Las Penas,
La Bofetá, El Silencio, Jueves Santo y fría madrugá. Verlas todas, o ver sólo
tres ¡pero qué bien las has visto!
Por todo eso y muchos más, se me hace raro hoy amanecer en
esta tranquilidad, sin ruido de tambores, ni jaleo de una casa que organiza la
estampida para salir arregladita dispuesta a disfrutar del día. Se me hace raro
pensar que mientras aquí es un domingo más, y
el único silencio que voy a tener durante todo el día es el mío propio, en
la ciudad que me ha visto crecer esta todo dispuesto para el bullicio, la
emoción, las marchas y tantos momentos. Y
una pizca de rabia sí que siento lo
reconozco, porque todas esas tradiciones se darán igualmente a pesar de que yo
no esté allí también para disfrutarlas con ellos. Aun así, no me lo tengáis muy en cuenta….quiero que la disfrutéis
a tope, que el tiempo acompañe y que de alguna forma si me tenéis presente, pueda
vivirla un poquito yo también desde tan lejos.
Amor mío la Semana Santa no será lo mismo sin ti
ResponderEliminarY nosotros la viviremos aunque nos falte alguien importante al lado
Para nosotros tb será difícil. No verte aquí el domingo de ramos con dolor de pies de zapatos nuevos o en la terraza de la avenida con un gin
El lunes acompañando a antoñito dando caramelos
El jueves de negro y mantillazo en la cabeza con dolor de pies
O en l madrugada pasando frío pero disfrutando
O en miles de momentos más
Hoy aquí ha amanecido con lluvia y yo he pensado hasta en el cielo lloran un poco porque mi peque no está aquí para verlos salir
Pero seguro q luego miran al otro lado del mundo y al final sale el sol pq sonríen al veré Féliz allí en tu nuevo mundo
Tq pequeña y ya no lloro más sino q vivo para que tú sientas q aquí tb esta una parte de ti
Al verlos pasar hoy ya sabes en esos silencios en quien pensare y quién vendrá a mi lado por minutos a darme la mano
Ta
Amiga es precioso, te vamos a echar mucho de menos, te quiero amiga!!
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