Estamos en la cuenta atrás y estoy comportándome de una
forma totalmente irracional, desquiciada es la palabra creo… no dejo de
provocar al noprincipe, no de forma
consciente pero lo hago, lo busco, lo busco y vaya que si lo encuentro, y a
pesar de estar demostrando tenerme una paciencia que ni mi madre que me ha
parido…hasta que no pierde los nervios el también y estamos los dos a punto de
cometer novicidio, no me doy cuenta de que se me ha ido de las manos… y
rectificar será de sabios y voy con las orejas gachas y me disculpo, pero en el
intercambio de gritos me estoy quedando aún más hecha polvo, y lo estoy
martirizando a él que también tiene lo suyo, pero todo decimos cosas de las que
luego nos arrepentimos en una pelea, y no, no creo que no las pensemos...yo lo
que digo siempre lo pienso, pero si lo pensara dos veces simplemente es que no
lo diría, por lo que las cosas que he escuchado, se me han clavado dentro y si
antes tenía miedo a esta aventura ahora es que estoy por no irme así tal cual.
Que he aprendido hoy? De momento, porque aún me queda mucho
día por delante y ¡vete tú a saber cómo lo acabo!, me he dado cuenta que estoy
siendo estos días una versión de mí, que me cae mal, muy mal, que estoy siendo egoísta
e infantil, y que yo siempre he pensado que soy todo lo contrario, madura y en
absoluto egoísta, locuela, irascible e impulsiva también, pero no está eso
reñido con la madurez, y la verdad que siempre he pensado de mi misma que soy
muy madura, y ahora me digo ¡¡pues hija de mi vida te estas luciendo!!! y que
sí que estoy asustada, pero que eso no es excusa…
Como veis la entrada de hoy es solo para divagar, para
recapacitar, porque escribiendo es como mejor lo hago, y hoy tengo que
regañarme a mí misma.
Confieso: creo que
lo provoco para tener una excusa, para tener la posibilidad de poder rajarme en
el último momento y poder decir que no
ha sido por mi culpa. Admitirlo está muy feo, pero si no, no se entiende que yo no haga más estos días que
mirarme el ombligo y pensar en “pobrecita de mí que lo dejo todo”, y no haberme
parado a pensar hasta esta mañana, que él también lo deja todo atrás y se va con
unas responsabilidades mucho, mucho, mucho mayores que las mías, y que no puede
estar aguantando mis neuras constantemente, que no tiene vocación de santo tampoco, ¡¡yo que le insisto tanto en que debemos ser un equipo, no
estoy poniendo en práctica nada de lo que predico!!. MAL MUY MAL!
Aún queda una semana larga, os prometo que intentaré
comportarme, luego cuando vea al sapito tengo que hablar con él, no discutir
que de eso ya hemos tenido suficiente dosis,pero es que si mezclas alcohol, inseguridades y cosas que piensas y no has dciho la bronca te sale perfecta. Por eso sí que tengo que hablar con él,
porque ahora mismo me siento un gurruño humano, y me niego a que me gane la batalla el
miedo y a no disfrutar junto a él de esto como la experiencia maravillosa que
es… Lo estaba haciendo mal querid@s pero palabrita del niño Jesús que voy
hacerlo bien… se acabó el drama!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario