El pasado fin de semana pusimos rumbo a Hong Kong! ¡Nunca
imaginé conocería destinos tan lejanos y
exóticos!.
Como es a vosotros o reconoceré, que mientras me duchaba y arreglaba antes de hacer la maleta, estaba nerviosa, sí, ese tipo de nervios que acompaña siempre a la ilusión, y no pude evitar pensar en cuantas cosas han cambiado desde nuestro primer viaje juntos a Roma... Han pasado en realidad pocos años desde entonces, pero en esos años hemos pasado por tantas cosas, que a veces tengo la sensación de que llevo mucho más tiempo con el noprincipie del que en realidad llevamos.
Como es a vosotros o reconoceré, que mientras me duchaba y arreglaba antes de hacer la maleta, estaba nerviosa, sí, ese tipo de nervios que acompaña siempre a la ilusión, y no pude evitar pensar en cuantas cosas han cambiado desde nuestro primer viaje juntos a Roma... Han pasado en realidad pocos años desde entonces, pero en esos años hemos pasado por tantas cosas, que a veces tengo la sensación de que llevo mucho más tiempo con el noprincipie del que en realidad llevamos.
La vida antes del nopríncipe me parece
una vida muy, muy lejana.Lo cierto es que ha
sido una relación tan intensa, llena de muchos altibajos,de aprender tantas cosas, de asumir tantos cambios… que no parece a veces
posible que 4 años den para tanto. Pero si, así es nuestra historia, está llena
de millones de momentos buenos y malos, que creo nos ha hecho madurar bastante, mirarnos algo menos el ombligo y sobre todo valorarnos mucho más.
Que el fin del mundo nos pille bailando |
¿Será que ese destino soñado donde viviria un amor de "pelicula" no era Roma... y era
Singapur?
Después de ese primer
viaje le siguieron otros, después de esas decepciones le siguieron otras, y también de una forma que parece difícil
de creer, después de tantas cosas también
hicimos que surgieran nuevas ilusiones, conseguimos unirnos más en lugar de
separarnos. Todos esos viajes y vaivenes del trayecto, nos han llevado hasta aquí.
A viajar a un destino increíble, de nuevo juntos, pero de forma muy distinta. No creo que ninguno de los dos pudiéramos creer en
aquellos días, que hoy estaríamos donde estamos hoy.
En esta ocasión, no viajo a Hong Kong acompañada de inseguridad, no viajo acompañada de dudas sobre que sucederá a nuestro regreso, ni lo hago preguntándome si mi compañero de viaje es un hombre que merezca la pena, tampoco viajo acompañada de la excitación de saber que pasaremos enredados en besos y caricias varias noches de hotel, no, porque dormir juntos ya es lo normal y no la excepción, y los besos ya no se acumulan de la misma forma… Sí, las cosas han cambiado mucho, y reconozco que ahora me hace más ilusión conocer Hong kong, lugar que jamás me llamó la atención, ni me resultaba atractivo, que viajar a Roma, mi segunda ciudad preferida del mundo. La razón no es otra, que es porque ahora lo hago sintiéndome realmente parte de algo por lo que merece la pena luchar, y lo hago de la mano de alguien que sí esta demostrando ser digno merecedor de tantas oportunidades dadas.
En esta ocasión, no viajo a Hong Kong acompañada de inseguridad, no viajo acompañada de dudas sobre que sucederá a nuestro regreso, ni lo hago preguntándome si mi compañero de viaje es un hombre que merezca la pena, tampoco viajo acompañada de la excitación de saber que pasaremos enredados en besos y caricias varias noches de hotel, no, porque dormir juntos ya es lo normal y no la excepción, y los besos ya no se acumulan de la misma forma… Sí, las cosas han cambiado mucho, y reconozco que ahora me hace más ilusión conocer Hong kong, lugar que jamás me llamó la atención, ni me resultaba atractivo, que viajar a Roma, mi segunda ciudad preferida del mundo. La razón no es otra, que es porque ahora lo hago sintiéndome realmente parte de algo por lo que merece la pena luchar, y lo hago de la mano de alguien que sí esta demostrando ser digno merecedor de tantas oportunidades dadas.
Hemos llegado a un nuevo destino, arrancamos motores
y entramos en pista listos para el despegue, pero en el camino hasta aquí, nos hemos
conocido, no sólo al otro, sino también a nosotros mismos, nos hemos aceptado,
hemos sacado lo peor y lo mejor, hemos aprendido y hemos avanzado juntos, y
sobretodo, nos hemos querido. Nos hemos querido mucho, a nuestra forma. Una forma a veces
intransigente, a veces egoísta, a veces visceral, otras veces tierna, otras veces con
calma y otras con prisas, siempre una forma paciente que quiere ser comprensiva, una
forma hecha por los dos y para los dos. A pesar del dolor, de los errores y de las
decepciones, que no podemos negar también han existido...no quiero caer en el error de dulcificar la historia y convertirla en algo que no ha sido, pues si de si de algo
quiero hacer gala aqui, es de que la nuestra es una historia real, donde entre
tropezones bien grandes contra el suelo, lo que ha prevalecido siempre han sido las ganas y el cariño por hacer que funcione. Y por eso, la nuestra, aunque no idílica, es una
historia que mola mucho.
Me mola mazo.
Me mola mazo.
Dicho esto, os cuento un poco más de la dosis de realidad
que acompaña mí no cuento de hadas en esta parte del trayecto que se titula:
Hong Kong.
¿Qué pasaba? Pasaba que yo tenía muchas
ganas de un viaje por fin los dos solos, y no en pandilla, de unos días sin compartir
vivienda con compañeros de piso, y sí, también de poder hacer todo el ruido del
mundo si nos entregábamos al placer, para que mentiros, hay ciertas cosas que
en silencio no salen igual.
Me era realmente indiferente el destino, que yo, de lo que tenía ganas era de hacer cosas con mi noproncipe fuera de la rutina de la falta de tiempo que impone nuestro día a día en Singapur. Y…¿qué hemos dicho que pasa con las expectativas? Pues que el cosmos se entera, y hace de las suyas. No, no ha sido nuestro mejor viaje ciertamente. Hemos discutido por chorradas como si fuera un consejo de guerra, no hemos pervertido ni un poquito la habitación del hotel, no hemos llenado con esas risas de dos los huecos que dejaban los planes cuando se torcían sobre la marcha, que se torcieron bastante. No hubo vodka con abrigos de pieles en el bar ruso donde quería ir, ni vimos el espectáculo de luces en skyline en todo su esplendor, ni subimos a ver al gran buda en el telecabina con suelos de cristal, porque estaba en obras por mejoras…como nuestros planes.
Me era realmente indiferente el destino, que yo, de lo que tenía ganas era de hacer cosas con mi noproncipe fuera de la rutina de la falta de tiempo que impone nuestro día a día en Singapur. Y…¿qué hemos dicho que pasa con las expectativas? Pues que el cosmos se entera, y hace de las suyas. No, no ha sido nuestro mejor viaje ciertamente. Hemos discutido por chorradas como si fuera un consejo de guerra, no hemos pervertido ni un poquito la habitación del hotel, no hemos llenado con esas risas de dos los huecos que dejaban los planes cuando se torcían sobre la marcha, que se torcieron bastante. No hubo vodka con abrigos de pieles en el bar ruso donde quería ir, ni vimos el espectáculo de luces en skyline en todo su esplendor, ni subimos a ver al gran buda en el telecabina con suelos de cristal, porque estaba en obras por mejoras…como nuestros planes.
Las cosas que si me han gustado, que
es con lo que siempre debemos quedarnos, con lo bueno, y aprender de lo no tan
bueno, ha sido comer en el restaurante estrella Michelin más barato del mundo, lugar
que si no hubiéramos conocido por recomendación de internet, que nos informó de
su existencia, jamás habríamos entrado por iniciativa propia, me pareció toda
una experiencia. La antítesis del concepto del restaurante extrella Michelin, sirviéndonos
una comida realmente auténtica, y con algunas especialidades exquisitas.
También me encantó el súper buda gigante que hay en una isla cercana, que representa la unión de la naturaleza con el hombre. Dicha unión se ve que se da a 268 escalones cuesta arriba. Aun así me gustó mucho. También que haya Starbucks en prácticamente cada esquina. Y los rascacielos no dejan indiferentes desde luego. Pero desde que hemos vuelto, antes de dormir entre rezo y rezo, le pido a quien le corresponda cuidar de mí, que porfavor la vida no incluya en nuestros planes tener que vivir allí.
También me encantó el súper buda gigante que hay en una isla cercana, que representa la unión de la naturaleza con el hombre. Dicha unión se ve que se da a 268 escalones cuesta arriba. Aun así me gustó mucho. También que haya Starbucks en prácticamente cada esquina. Y los rascacielos no dejan indiferentes desde luego. Pero desde que hemos vuelto, antes de dormir entre rezo y rezo, le pido a quien le corresponda cuidar de mí, que porfavor la vida no incluya en nuestros planes tener que vivir allí.
En una estación de metro de Hong Kong,
que nos llevaba al paseo de la fama de allí, lleno de manos de no famosos para
nosotros, vimos la siguiente frase de San Agustín adornando una pared.
Así pues, siguiendo con nuestro
libro, y pasando juntos las páginas, el próximo finde vamos rumbo a Kuala
Lumpur, dónde espero que nuestra suerte cambie y disfrutemos no sólo del destino,sino también de nosotros.
Veréis, dejarme que os explique algo un poco mejor. Estar
todos y cada uno de los días viéndonos las caras,(tan de cerca) y en mi caso
además, que su cara sea la única que siento cercana y próxima, a veces se hace
un poco cuesta arriba, te molestan más ciertas cosillas que antes no lo hacían tanto, estar en una habitación compartiendo
espacio, no es igual que vivir juntos en un piso,por muy pequeño que este sea. No es lo mismo os lo prometo, aquí tienes que eliminar de la ecuación las zonas neutrales
y comunes,(pues tambien son comunes con otras dos personas y ya no te puedes ir
tan campante al salón a maldecir en arameo). Antes si te cansabas de respirar el
mismo aire, pues se podían dividir estancias de forma implícita, uno se queda
con el salón ( y ganaba la tele) y el otro la habitación (ganaba la cama), aquí todo se hace
un pelín asfixiante. Yo, por ejemplo,
odio arreglarme, vestirme, peinarme, maquillarme y encremarme con él merodeando
alrededor, ese es un momento que una chica necesita para sí misma, porque emperifollarse
y ponerse guapa pierde encanto si te ven durante el proceso de restauración, se pierde ese “ taaa chaaan” y como eso, pues pequeños
detalles más, que han dado un nuevo giro a como es nuestra rutina juntos. Creo que
a esta etapa de la relación se la puede llamar “sobrevivir en el ring” . Por lo de estar en un cuadrilatero...
Yo, al menos tengo a lo largo del día momentos en el piso donde estoy sola, pero él nopríncipe siempre, siempre que está en casa, está conmigo. Es un hecho que a todos nos gusta disfrutar de estar en casa de vez en cuando solos, andurrear a tus anchas y hacer lo que te dé la gana sin nadie al lado que si se aburre te pida charla.
Bueno, supongo que yo he ganado ratos en el piso a solas, donde él ha ganado relacionarse mucho más con gente y disfrutar más del aspecto social.Cada cual tiene sus ventajas.
Yo, al menos tengo a lo largo del día momentos en el piso donde estoy sola, pero él nopríncipe siempre, siempre que está en casa, está conmigo. Es un hecho que a todos nos gusta disfrutar de estar en casa de vez en cuando solos, andurrear a tus anchas y hacer lo que te dé la gana sin nadie al lado que si se aburre te pida charla.
Bueno, supongo que yo he ganado ratos en el piso a solas, donde él ha ganado relacionarse mucho más con gente y disfrutar más del aspecto social.Cada cual tiene sus ventajas.
De este tipo de experiencias, todo el mundo afirma que unen
mucho a las parejas y las fortalece, y lo que yo digo es que, o las une, o uno de los dos sucumbe al
novicidio…esas son las dos opciones que a mi se me ocurren.
A veces viene muy bien eso de echarse
de menos, y es además muy difícil mantener la magia de una relación entre
cuatro paredes. Aunque creo que lo estamos haciendo muy bien, no cometeré el
error de volver a elevar al cuadrado mis expectativas sobre nuestro próximo
viaje, organizaré con mucho más minucioso detalle los traslados de un sitio a
otro, para prevenir y evitar estreses cual si fuéramos concursantes de Pekin Express
que se están jugando un comodín si no llegan en tiempo record a los sitios, y
no tienen lugar para la improvisación. Pero que necesito un fin de semana “mágico”
de enamorados que de envidia a los viandantes que se crucen con nosotros por la
calle… lo necesito. Más aún este fin de en concreto, donde necesitaré
de todos los encantos de mi “noprincipe encantador”, para no entristecerme
demasiado, pensado lo lejos que estoy de casa en un momento donde me gustaría
estar tan cerca...
¡Ya llegas Mario! , ¡Ya llegas!, que ganas de verte y besarte, a ti, y a tu mamá por traerte con nosotros. Todo va a ir bien hermanita querida, será rápido, casi indoloro espero, eres como una famosa con un parto programado, Mario llegará redondito y precioso poniendo patas arriba tu mundo convirtiéndote en la mejor mamá del mundo que sé que también vas a ser. Cuento los días para veros, mientras tanto, estaré pensando en ti, en vosotros y rezando para que todo vaya genial.
¡Ya llegas Mario! , ¡Ya llegas!, que ganas de verte y besarte, a ti, y a tu mamá por traerte con nosotros. Todo va a ir bien hermanita querida, será rápido, casi indoloro espero, eres como una famosa con un parto programado, Mario llegará redondito y precioso poniendo patas arriba tu mundo convirtiéndote en la mejor mamá del mundo que sé que también vas a ser. Cuento los días para veros, mientras tanto, estaré pensando en ti, en vosotros y rezando para que todo vaya genial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario